En lo más profundo de las personas hay algo irracional que es tal vez lo que más nos moviliza. Algo instintivo que es tiranía pero también orgullo: esa parte de autoestima que necesitamos para vivir. La vida en común nos conmina a exiliar esa parte de nosotros, pero sin matarla ni combatirla. Tan sólo mantenerla a raya, en su Santa Helena imaginaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario