Una sola letra separa
abogado de
ahogado, una sola sílaba separa
ciruja de
cirujano, y pocos fonemas separan a
Elpaz Martínez del
Pat Metheny o a
Shakespeare de
Britney Spears. Esas leves diferencias plantean sin duda abismos infranqueables, pero sugieren un lazo invisible, que el día menos pensado y como quien no quiere la cosa, nos cambia la vida.
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