Gardel prometió volver y hoy cumple su promesa. Pero no vuelve con una sonrisa. Hoy quiere cantarnos las cuarenta. Más que lo que pasa en nuestro país, al morocho del Abasto le preocupa lo que no pasa. Las promesas que no se cumplieron, los sueños que ya no nos permitimos, los espacios comunes que hoy son de unos pocos y todas esas cosas
que ya nunca volverán.
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