228 Último tren a Loser-burgo

Nadie se quiere asumir como loser. Hasta que se da cuenta que ha sido toda la vida un loser y que le hubiese convenido cien veces más militar por la causa de los losers que comprarse todos los días el Quini 6 o traicionar y pisotear, por aquí y por allá, a medio el mundo, con tal de hacerse una reputación de triunfador que termina siendo a la larga una mala reputación.

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