103 A mi media naranja ya me la exprimió un Don Juan

Un pobre incauto que cree en la existencia de la media naranja, recorre medio mundo para buscar su otra mitad. Descubre, al encontrarla, que por alguna razón ella estaba cortada para gajos; no para exprimidora. Un espejismo común en quienes se enamoran a primera vista. El desengañado se dedica entonces a despotricar contra "la superstición del amor".

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