Milagros y Dolores representan los dos modos básicos del ser: lo simple y lo complejo. El narrador de esta historia imagina los caminos posibles de Dolores, cuya amplitud de percepción no le ha facilitado las cosas en la vida, sino todo lo contrario. Es entonces cuando Dolores en persona, vendrá a admitir, ya al borde del abismo, la absoluta derrota del refrán “conócete a tí mismo”.
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